La biblia nos enseña que estamos en una guerra, que no es contra otros seres humanos, sino contra poderes invisibles. Dice Pablo en una de sus cartas que las armas del creyente son espiritual y las usamos para derribar todo argumento que se levanta contra el conocimiento de Dios llevando todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. Pablo sabía que tenemos guerras en nuestra mente. El dolor nos engaña formando pensamientos, así decimos cosas de las cuales luego nos podemos arrepentir.

A veces dolemos tanto tiempo que pensamos que es normal. No es hasta que nos sentimos  bien por un tiempo, que podemos entender cuando nuestro cuerpo rechaza algo porque no es bueno para el. De la misma forma en que detectamos anticipadamente cuando algo nos caerá mal al estómago, así mismo quiero detectar cuando un pensamiento me causara daño antes de que lo haga. Las realidades que vivimos son difíciles y no queremos pensar en ellas pero siempre están ahí para recordarnos. Están presentes, tengo que verlas, tengo que sentirlas, son experiencias vividas y no puedo simplemente borrarlas de mi memoria. ¿Cómo puedo lograr identificar un pensamiento que a la larga me hará daño?

Se vale sentir, pero no se vale que tu sentimiento tome control de tus días. Si te detienes en una plaza, en un mall, o detienes tu auto en una luz y miras a tu alrededor, ¿el mundo se detiene contigo?

Job 11.18  Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado.

En Salmos 34 nos dice; Deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón. Pero eso que encerramos en lo íntimo no permitirá que goces de tus deseos. Debemos ponerle un fin definido a nuestros deseos y pedirle a Dios que haga solamente su voluntad. 

No te dejes llevar por la mala noticia, déjate llevar por Dios.  Ven y acompáñame a caminar en Alturas.

¿Será verdad que árbol que crece doblado nunca sus ramas puede enderezar? Este refrán quiere decir que cada persona nace con una personalidad y características que no cambian. En otras palabras, la persona es como es. Yo creo que Dios sí puede cambiar. La palabra cambio se refiere a dejar una cosa por otra. Es un poco difícil cuando se trata de personalidades o características, ya que no es lo mismo cambiarse de ropa a cambiar el enojo por paz, pero tampoco es imposible porque para Dios nada es imposible!