Job 11.18 Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado.
¿Sabías que le damos poder a otras personas sobre nosotros? Lo hacemos cada vez que nos sentimos heridos y guardamos resentimiento por decisiones que otros toman y que de alguna forma nos afecto. Hasta podemos responder de maneras vergonzosas, especialmente si la persona que nos hiere está cerca de nuestro corazón. Muchas veces nos sorprendemos de la manera en que la persona que amamos actúa y tal parece que no les importa que nos duele. La verdad es es que terminamos actuando nosotros en formas que muestran nuestra vulnerabilidad y no todo el mundo está preparado para verte de esa forma. No todo el mundo está preparado para ver tu vulnerabilidad y permanecer a tu lado sin juzgarte. En ese estado de vulnerabilidad estamos intentando que la otra persona entienda que te está ofendiendo, te está faltando el respeto, y no te están demostrando amor. Esta situación se pone peor cuando la otra parte no te entiende, solo te está viendo como un manipulador que quiere obligarlo a que piense como tú. Lo peor es que si la persona no logra comprender lo malo de sus acciones, volverá a suceder.
Situaciones como estas produce que nos sintamos tristes, enojados, constantemente preguntándonos si estamos siendo racionales, si tiene sentido nuestro razonamiento en el asunto. Nuestro cuerpo también lo siente físicamente y nuestros músculos comienzan a crear tensión y ese estrés nos afecta en múltiples maneras incluyendo comer mucho o muy poco, el no poder dormir, fatiga, sentimientos de depresión, ansiedad, falta de motivación, mal humor, uso de drogas, y otros. Consecuentemente otras personas comienzan a ver un cambio en nuestra actitud y afecta las relaciones con personas que no nos han hecho nada. Entonces ¿qué podemos hacer con personas que nos han ofendido? Es justo que cada cual pague el mal que hace.
¡Importante!
- Si estás pasando por daños físicos y emocionales por favor busca ayuda profesional.
- Si tu sentimiento de venganza es fuerte y no lo puedes controlar, busca ayuda profesional.
En la historia de Job que encontramos en la biblia, luego de perder todo y tener una enfermedad que lo agobiaba de noche y de día, sus amigos tampoco lo dejaban tranquilo. En su estado de vulnerabilidad no tuvieron misericordia de él. Al final él perdonó a sus amigos.
Hay posturas de pensamiento que no todo el mundo va a entender. Una persona puede ofenderte a propósito como también puede hacerlo sin querer. A veces es difícil saber de qué forma es. Pero lo que siempre será seguro es que para todo hay un propósito. No debemos enfocarnos tanto en la persona sino en cómo nos sentimos nosotros y que podemos hacer.
Si algo logra herirte, entonces ¿existirá una forma de que eso ya no pueda herirme? Las acciones de los demás no tienen por qué afectarnos. Tenemos la capacidad de decidir que nos afecta y que no nos afecta. Pero este proceso no es tan fácil ya que empieza por amor y respeto propio que desconocemos que carecemos. Amarme a mi mismo comienza con poder descansar en que Dios me ama. Cuando el amor propio es,por ejemplo decir, "yo sé el valor que tengo por que soy una mujer educada, con experiencia y tu no tienes derecho en tratarme así", pues fácilmente despediras mucha gente de tu vida que en realidad están ahí para que crezcas.
Si Dios me ama él no permitirá que esto me haga daño, sino que lo usara para mi bien de alguna forma. Y aunque lo que estoy pasando duele, podemos estar seguros de que no estamos solos y que el proceso es temporal. Cuando todo termine ya eso no me afectará, sino que caminaré por encima de eso, estaré en las alturas.
Necesitamos entender ese sentimiento de venganza que se produce después que te sientes herido o que ha ocurrido una injusticia. Existen señales de que una persona tiene deseos de venganza y para dar una definición a esto voy a utilizar lo que dijo Cristina Alfaraz, directora y psicóloga de Mentalia Vitoria. En CuidatePlus, ella explica que cuando el comportamiento y la conducta de otro logra que haya sensaciones de malestar y trae pensamientos irracionales, negativos y catastróficos de la situación que vivió esto es querer venganza. Estos pensamientos y sentimientos producen querer hacer que la persona que lo causó sienta lo mismo de alguna manera. Este mismo artículo presenta unos síntomas para analizar si el deseo de venganza está tomando control de nosotros. Dice que si no puedes ver el lado de la otra persona, si piensas que solamente tu tienes la razón, o si sientes ira constantemente puede indicar que estas perdiendo el control.
Si tienes estos pensamientos puede ser que el querer venganza está fuera de control. Examina si piensas lo siguiente.
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Yo tengo la razón, la otra persona no tiene ninguna.
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Me hizo esto, y esto, y aquello y yo no tuve culpa.
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No veo el día en que deje de existir esa persona.
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El/Ella me las va a pagar.
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Donde quiera que estoy hablo de mi problema.
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Hablo de mi problema aunque otras personas a mi alrededor se afecten.
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Toda mi vida está arruinada a causa de este problema.
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Yo no necesito ayuda, es la otra persona que necesita ayuda.
Dios no solamente te ama sino que es un Dios de Justicia. Esto significa que si en la situación la otra persona está en error, Dios estará a mi favor y me ayudará, y si yo estoy en el error, también me ayudará a entender aunque tenga que pagar la consecuencias de mis actos. Hubo un momento en mi vida en donde se presentaron papeles en la corte sobre mi, mintiendo. En ese momento tanto era mi temor que yo estando guiando en el carro con los papeles de la corte en mano (imagina esta escena) le gritaba al Señor con lágrimas y le decía; “ Tú no eres un Dios justo? Porque tú permites esto?” Mas sin embargo hoy estoy escribiéndole al mundo que Dios es un Dios de Justicia. Creélo. Aquella situación obró a mi favor y logró alcanzar un propósito aún más grande del que yo imaginaba. Con Dios no se pierde nunca.
Muchas veces no es la situación la que debe cambiar sino nosotros. Cuando hablamos de justicia hablamos de leyes, tribunales, abogados y todo lo que tiene que ver con esto. Aquí en la tierra se dice que la ley es ciega, ya que solo pesa la evidencia y para el hombre es muy dificil que haga justicia porque aunque trata, no puede tener todos lo datos para hacer justo jucio. Dios pesa los corazones y no tus sentimientos y a veces también pensamos que no es justo. Yo te animo a que no dejes de creer, no dejes de hablar con Dios, porque estoy segura que dirigirá tus pasos. Hay una diferencia entre venganza y justicia. No busquemos nosotros la venganza sino que es mejor dejarla en la manos de Dios que él se encargará de su parte y nosotros hacemos la de nosotros; si es que es necesario ir a la policía, al tribunal, buscar abogado, o hacer algún reporte también se debe hacer buscando siempre hacer justicia y no venganza. Mientras queremos que la otra persona sufra el daño ya dejamos de tratar de hacer justicia.
Es por esto que te insto en cada paso que des, sigue orando y buscando la dirección de Dios. Busca a alguien con quien hablar y desahogarte, que pueda traer claridad y orar contigo. Busca a capellanes en tu area, algun pastor, psicólogo, o consejero que pueda acompañarte. Todos necesitamos a alguien que nos escuche. Job no tuvo a nadie que lo entendiera y no estaba contendiendo con cualquiera sino con Dios mismo. Al final tuvo que entender la soberania de Dios. Por mas que querramos no tenemos control de nuestra vida. Es mejor permitirle a Dios que obre como el quiera, entregarle nuestro sentimiento de venganza.
¿Cuál es tu testimonio? Quisiera leerlo. Escríbeme.
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“Ama a tu prójimo como a ti mismo” es fácil decirlo, pero hay momentos que son súper fuertes, esta reflexión nos hace reflexionar e introspeccionar en lo que estamos experimentando en nuestras vidas y nos dice como debemos enfrentarlo de manera eficaz