Camino Contigo Aunque No Sepas a Donde Vas

La vida siempre nos sorprende, y son esos momentos en donde nuestro carácter se refleja. Pero aun cuando nuestra respuesta a circunstancias de la vida no sea la correcta, podemos aprender cómo hacerlo cada vez mejor. Cada persona tiene un conocimiento de cómo se debe hacer algo y cuando ese algo no sale como lo planificamos podemos responder de distintas maneras al sentirnos tristes, enojados y/o desilusionados. Esas emociones pueden ser expresadas de maneras que no son saludables y nos hacen daño a nosotros mismos y a los demás.  No importa cuántos planes podamos hacer debemos estar conscientes que en algún momento tendremos que hacer ajustes, y eso también está bien. Debemos seguir caminando. 

Mientras compartía en familia y veía las diferentes etapas del ser humano, por ejemplo infantes, adolescentes y adultos, le pregunté a una joven mamá sobre el comportamiento de su bebé. Ella me dice que su bebé es tranquila, siempre sonríe, y duerme bien. Yo me sentí feliz por ella pero recordé algo, que la vida nos sorprende. Esas características que tenemos cuando nacemos serán retadas durante la vida con diferentes situaciones, especialmente para robarnos la paz y la alegría. Muchas veces no entendemos porqué sentimientos de tristeza llenan nuestros días. También pensamos que nadie nos entiende y que no tenemos a nadie que nos escuche, por lo tanto nos callamos. Con el tiempo, eso que nos afecta internamente comienza a notarse en nuestra vida. Nuestra personalidad se ve afectada y de momento el niño que era contento y energético se vuelve  cansado y triste, ya no tienen planes futuros y simplemente sobreviven cada día sin saber a dónde va.  

Estudios sobre la personalidad revisados por Psychology Today nos dicen que la personalidad puede cambiar a través de eventos importantes y también por voluntad propia. Aunque los estudios no entienden en su totalidad las razones y los momentos de cambios de personalidad, si saben que ocurren. Especialmente se ven cambios en la adolescencia donde hay inestabilidad emocional y muchas veces no les importa la consecuencia de los actos. Hay evidencia en nuestra vida cuando nuestro comportamiento esta provocando que no podamos alcanzar nuestras metas. Inlcuso nosotros mismos lo sentimos y sabemos que algo no esta bien. 

Un árbol torcido puede estar a punto de caerse si su raiz no esta bien profunda y ser un peligro a lugares y a personas a su alrededor. Pero Dios dice en su palabra en  Salmos 1:3 que cuando nuestro pensamiento es la ley de Dios seremos como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; y que en todo lo que hace, prospera. También podemos leer que dice que la palabra de Dios nos alumbra el camino para que todo nos salga bien (Salmos 119.105). Si se supone que la intención del creador es que todo nos salga bien,  que prosperemos, entonces

¿Por qué nuestra vida no se ve plena y prospera? 

Evaluémos si hay algo sucediendo que necesita enderezarse. 

1. ¿Hacémos planes que fallan constantemente? Suponiendo que quieras inscribirte en la escuela y no puedes por falta de transporte o falta de finanzas, o buscas trabajo y no encuentras, o luego que te contraten en un trabajo te despiden porque no puedes cumplir con el horario u otros requisitos.
2. ¿Estás viciado con alguna droga, entretenimiento o comida?  Puede ser que aun sabiendo  que tienes que dormir a cierta hora,  no puedes parar de mirar tu celular o ver televisión y esto causa que no puedas cumplir con los planes que estableciste. Puede pasar que tu meta tenga que ver con tu salud y perder peso pero no puedes dejar de comer lo que te hace daño.
3. ¿Estás actuando de maneras que traen malas consecuencias? Suponiendo que estas en un lugar y te hablan de una forma que no te agrada  y tu respondes insultando, o agrediendo a otra persona sin poder controlar tus acciones. También cuando estamos enojados y estamos guiando nuestro carro a alta velocidad poniendo nuestra vida y la de otros en peligro. 
4. Cuando intentamos tener la mejor actitud, ¿Tus sentimientos te dominan? Por ejemplo,  en nuestras relaciones personales hay discusiones y hasta pueden volverse violentas al no poder controlarnos. 

No estamos solos y nos puede pasar a todos y a veces tampoco es tan sencillo como ver unos puntos y poder descifrar rápidamente lo que está sucediendo en nuestra vida. Es importante saber que un árbol aunque sea ya adulto puede enderezarse. Un árbol se inclina muchas veces porque ha pasado tormentas durante su etapa más joven. Un árbol joven es más débil y los vientos pueden azotar fuertemente causando que se doble. Para ayudar a enderezar ese árbol se utiliza un tutor, que es otro palo que se amarra al árbol torcido y lo ayuda a enderezar. Existen diferentes maneras para hacer esto dependiendo de la edad del árbol.   

La intención de Dios es que nosotros aunque pasemos por tormentas nos mantengamos en pie. Es de gran importancia que estemos los unos con los otros para ayudarnos en el camino. Como creyentes, debemos pensar bien antes de quejarnos porque nos toca soportar y tolerar comportamientos que son difíciles en nuestros hermanos, vecinos, o amigos y hasta nuestros enemigos. Pero tenemos que saber que cada persona tiene una historia diferente la cual causa que, dependiendo también de su crianza, sean quienes son. Es una decisión muy individual el querer cambiar asuntos personales de su carácter o forma de ser.

Un tutor en un arbol toma  un papel importante de soporte y orientación. Seámos como un tutor, esa persona en la que nuestro hermano se pueda recostar. Que a través de nuestra oración Dios lo guíe en su caminar, entendiendo que el no saber a dónde va le deja un espacio perfecto a Dios para que pueda obrar. Que a través de nuestro amor y comportamiento podamos servir de ejemplo. Y si tu reconoces que estás falto de dirección y necesitas un tutor, te invito a que busques un lugar en donde se predique la palabra de Dios para congregarte si no la tienes y que le pidas a Dios que te rodee de personas que puedan ayudarte a levantar cuando sientas que los vientos azotan fuertemente. Dios está en todo lugar y también tiene un cuerpo y Jesucristo es la cabeza, para que juntos logremos hacer la obra que nos encomendó y obtener el final deseado.