Cuando el dolor es quien rige nuestro pensamiento, no podemos llegar a un entendimiento claro de las cosas, en todo caso la percepción está nublada. Mientras se está hablando, u ocurre un evento que activa el dolor que sientes muy adentro a traves de los reuerdos, llegan pensamientos acompañados de sentimientos muy profundos. Quiero decirte que puedes llegar a reconocer que ese pensamiento no vino por venir, sino que vino con una intención que perjudica la conversación, no habrá resultados, y el resto de tu día también se verá afectado.
La biblia nos enseña que estamos en una guerra, que no es contra otros seres humanos, sino contra poderes invisibles. Dice Pablo en una de sus cartas que las armas del creyente son espiritual y las usamos para derribar todo argumento que se levanta contra el conocimiento de Dios llevando todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. Pablo sabía que tenemos guerras en nuestra mente. El dolor nos engaña formando pensamientos, así decimos cosas de las cuales luego nos podemos arrepentir.
Cuando hablamos de un dolor físico que trae una enfermedad o alguna lesión, estas impactan la vida del ser humano. El Equipo Editorial de Área Humana escribe en su blog de psicología que “la sintomatología psicológica más característica asociada al dolor es la depresión y la ansiedad”. El dolor psicológico, es un dolor interno, un estado de la mente que fue provocado por una experiencia que produce emociones negativas. La ansiedad y la depresión también se manifiestan en este tipo de dolor. De la misma forma en que se puede evaluar dónde está la herida física en el cuerpo también se puede evaluar los factores que provocan intensidad o disminuyen el dolor psicológico.
Por ejemplo; en las relaciones cuando llegan momentos de acción, donde tenemos que buscar la forma de tomar una decisión pero en esta ocasión la decisión no es solo tuya. Aquí se debe entablar una conversación para buscar el acuerdo pero mientras se está intentando hablar se grita y no se le permite a la otra persona hablar ya que alguna accion o palabra activo un recuerdo que produce emociones negativas. Será difícil observar todos los puntos de vista porque en vez de dos personas hablar, es el dolor quien habla. Ponemos a la otra persona responsable de ese dolor que sentimos y mientras exista ese pensamiento, jamás se llegará a un acuerdo. En vez de sobrevivir las relaciones, sobrevive la desconfianza, y sentimientos de dolor como consecuencias. Cuando algo no está siendo comprendido está abierto a la mala interpretación. La comprensión es un concepto que envuelve distintas conecciones en el pensamiento, que bien utilizado logramos la comunicación efectiva. Por lo que es vital la comprensión cuando estamos en un desacuerdo.
¿Qué pasa cuando no entendemos de dónde viene nuestro dolor ni que lo provoca?
Si estás haciéndote esta pregunta al menos logras ver en ti mismo que hay algo que tienes que mejorar. Muchas veces es necesario que busques ayuda profesional pero también puedes tomar esta medida. Hay varias personas en la historia bíblica que pasaron por dolores muy fuertes. Sentimientos de angustia, desespero, y frustración. Nuestro ejemplo más grande es Jesucristo que antes de ir a la cruz, relata la biblia, que fue al Getsemaní y allíí rogó al Padre que si podía no permitiera que él pasara por lo que venía. ¡Sudo sangre! El se pudo haber enojado por la frustración de porque tenía que pasar de esa manera. Dios siendo Dios pudo haber hecho otra cosa y no tener que dejar a Su unigénito padecer. Quizas le decía Jesus al Padre, has una mujer de mi mismo en otro planeta y allí te amaremos de verdad y procreamos hijos que te obedezcan y te amen. Dejar que todos nosotros no tuviéramos la oportunidad de la salvación que no merecíamos. Allí tuvo que matar su dolor, allí tuvo que entregar todo su ser.
Cuando te sientes triste a dónde llevas tu dolor?
O tu dolor se disfraza y actúa por ti?
Cuando estés en este proceso cambia la pregunta de, ¿ en realidad merezco que me traten así? ¿Yo merezco esto? Y mejor di, voy a aprender de esto. El enemigo nos conoce tan bien que aunque nosotros sonriamos y estemos bien él sabe que cosas dentro de nosotros aun duelen, él sabe que botones tocar para amargarnos y quitarnos el gozo. No le demos la oportunidad al enemigo a obrar en nosotros. No le demos ninguna apertura.
Hazle la pregunta a Dios en tu momento a solas con él, cerrada la puerta de tu habitación o ese lugar especial de encuentro en donde nadie te ve, ¿Qué tengo que aprender de esta situación?
¿Cómo puedo cambiar este dolor? Dice la palabra de Dios que Él cambia nuestro lamento en danza. Eso no solamente ocurre cuando aceptamos al Señor, eso continua durante el aprendizaje de la vida. Analiza lo siguiente, nuestro lamento comienza por nuestro pensamiento. Proverbios 23:7 dice, pues como piensa dentro de sí, así es él. Para cambiar nuestro lamento entonces debemos renovar nuestro pensamiento. Al interpretar rectamente la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15), producira cambios en tus emociones y ese lamento se convertira en misericordia, bondad, compasión, gozo, paciencia, paz. Es precisamente en ese momento donde te estás muriendo a ti mismo y comienzas a producir mucho fruto. Lo mejor de todo es que le cerrarás la puerta al enemigo de tu alma para que no pueda jugar con tus emociones hasta llevarte al punto de querer abandonar la fe que te salvará. Porque el justo por la fe vivira!
He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. Habacuc 2:4
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Son estos momentos de dolor los que nos hacen reflexionar. Ese dolor viene hacer como una herramienta que va ajustando nuestro carácter. Es cuando eso produce cambios en nuestro comportamiento.